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martes, 28 de mayo de 2013

Novedades sobre el Alzheimer

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, que se caracteriza en sus primeros momentos con un deterioro de la capacidad de formar nuevas memorias, que se va agravando con el tiempo, a la vez que aparecen otros síntomas como cambios del estado de ánimo, de la personalidad y finalmente incapacidad para valerse por uno mismo.

¿Cómo ocurre el Alzheimer?

Comparación entre un cerebro sano y uno con Alzheimer
. La β-amiloide es una proteína normal del organismo, pero en la enfermedad de Alzheimer esta se modifica y adopta una estructura anormal que la vuelve tóxica. Esto, unido a la inflamación y a la acumulación de otras proteínas como la tau, hacen que se empiecen a morir neuronas a un ritmo muy acelerado, y las que quedan funcionan mal, viéndose afectado el metabolismo de la glucosa, que es el principal combustible del cerebro. 


Esta enfermedad suele presentarse en personas a partir de 65 años, y el número de casos aumenta con la edad. El que haya habido casos de Alzheimer en la familia, es un factor de riesgo para padecerlo, pero eso no significa que automáticamente se vaya a sufrir esta enfermedad. Sólo en muy pocos casos el Alzheimer es hereditario.

Uno de los casos en que sí era hereditario, el de una familia colombiana en la zona de Medellín,  sirvió para que el neurólogo Francisco Lopera descubriera que años antes de observarse síntomas, ya empiezan a haber cambios en el cerebro. De hecho, las pérdidas de memoria no aparecen hasta que ya se han perdido un 20% de las neuronas. Este hallazgo es de suma importancia, ya que como en toda enfermedad, desarrollar métodos de diagnóstico temprano, podría ayudar a frenar el avance.

Origen del Alzheimer

Christopher Dobson lleva 15 años
 investigando el origen del Alzheimer
La causa que desencadena este proceso era desconocida hasta hace literalmente dos días. Un grupo de investigación del departamento de química de Cambridge, Reino Unido llevan años investigando sobre el tema, por fin ha conseguido desentrañar el mecanismo molecular por el que esto sucede. Las proteínas son como cadenas que se pliegan sobre sí mismas, tomando una estructura tridimensional concreta (que es la que le da sus propiedades bioquímicas). En el caso de β-amiloide, cuando empiezan a aparecer unidades “mal dobladas”, estas hace de catalizador de una reacción en cadena por la que cada vez más β-amiloide se pliega de forma anómala y acaba dando lugar a las formas tóxicas. El grupo del investigador Christopher Dobson ha conseguido caracterizar por primera vez el mecanismo bioquímico de como ocurre esta reacción. Esto abre la puerta a la búsqueda de fármacos para detener la enfermedad, simplemente buscando compuestos que bloqueen esta reacción bioquímica. 


Tratamientos

Los  fármacos que se recetan hoy en día  tienen una efectividad muy moderada. Su actividad se limita a tratar parcialmente los síntomas (pérdida de memoria, trastornos del estado de ánimo y psicosis) al principio de la enfermedad, y generalmente su efecto dura poco tiempo. Suelen estar basados en regular la actividad de neurotrasmisores, cuyos niveles se encuentran desequilibrados, como la acetilcolina (demasiado poca) o el glutamato (demasiada cantidad). Actualmente se están investigando remedios novedosos cuyos mecanismos de acción son distintos a los medicamentos usuales. Aunque aún tardarán unos años en estar en el mercado, los resultados en laboratorio son muy prometedores.

Uno de estos nuevos compuestos, el J147, ha sido probado con éxito en ratones que ya estaban en una fase avanzada de la enfermedad. El J147 mostró capacidad de disminuir la pérdida de memoria a corto y largo plazo, en comparación con uno de los fármacos convencionales, que sólo mejora la memoria a corto plazo y sólo lo hace en estadíos tempranos de la enfermedad.

Otros compuestos que actualmente se utilizan como anticancerígenos, como el nilotinib (que trata la leucemia) o el bexaroteno (utilizado para el linfoma cutáneo) también están empezando a mostrar efectos biológicos interesantes. Estos fármacos empujan al organismo a “limpiar” las acumulaciones tóxicas de proteínas, por lo que podrían servir para controlar los depósitos de β-amiloide en el Alzheimer.

Prevención

Mientras esperamos que aparezca la cura definitiva, todavía hay cosas que podemos hacer para intentar prevenir el Alzheimer, o al menos retrasar su aparición. Hay varios estudios que sugieren que hay varios factores que pueden tener efecto en retrasar la enfermedad.

Por un lado una dieta sana, como la mediterránea, puede resultar moderadamente protectora. En el Alzheimer, al igual que en otras enfermedades neurodegenerativas y psiquiátricas hay una peor utilización de la glucosa por el cerebro.  Una dieta variada y rica en fibra, dando preferencia a alimentos integrales, y evitando grasas saturadas y azúcar, incide positivamente en el metabolismo de la glucosa, por lo que podría ser potencialmente protectora. También hay alimentos como el chocolate negro, o plantas como el ginko biloba, que mejoran la capacidad cognitiva, aunque todavía no existen investigaciones que demuestren si podrían tener efectos preventivos.


Mantener el cerebro en forma, siempre viene bien

Otro factor que retrasa el deterioro asociado a este trastorno es estar activo intelectualmente y socialmente. Un estudio observó en varios pacientes de edad avanzada que estos mostraban menos síntomas cuanto más amplia era su red social y más participaban en actividades como jugar al ajedrez o hacer crucigramas. Otro estudio demostró que en personas bilingües, los síntomas tardaban un promedio de 4 años más en aparecer, que en personas que sólo hablaban un idioma.  


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