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domingo, 29 de septiembre de 2013

Pequeñas cosas para mejorar el mundo (y tu economía)

Muchas veces nos lamentamos de cómo están las cosas: que si la crisis económica, la crisis social, los problemas ecológicos...y no sabemos que podemos hacer para cambiarlo, porque la opción de liarnos la manta a la cabeza y volvernos revolucionarios no nos resulta del todo convincente.  

Pero si de algo estoy convencida, es de que cambiando pequeñas cosas de nuestra forma de vida para que seamos más coherentes con nuestras ideas e intentando ser un poco menos consumistas/caprichosos, se pueden crear pequeños cambios. Y quizás con el tiempo, si se da una suma de pequeños cambios esto resulte en un cambio grande. 

Reciclaje y reutilización

¿Realmente necesitamos tener cosas nuevas continuamente para nuestra comodidad y felicidad?

Muchos objetos, muebles, utensilios, podrían tener una vida más larga de la que tienen. Pero en muchos casos sigue existiendo la manía de “tengo que reformar la casa”, o me mudo a una nueva vivienda y todo tiene que ser nuevo también. Por poner un ejemplo tonto: mis sofás siempre han sido reciclados. En algunos casos, regalados, y en otro (y este es el sofá más cómodo y bonito que he tenido en mi vida) comprado de segunda mano a través de Ebay. Y cuando estoy tirada viendo una película con la mantita en invierno, creo firmemente que estoy tan a gusto como quien se lo compró nuevo.

Mi sofá nuevo-viejo: el más cómodo y bonito que he tenido en mi vida.

Para reciclar, o bien se pueden comprar cosas de segunda mano en webs como Ebay, Segunda Mano, etc. O bien participar en grupos de reciclaje, como Madrid Recicla, donde la gente regala las cosas que ya no quiere, pero aún tienen vida útil, y también se puede escribir para pedir algo que necesitas y si coincide que alguien lo vaya a tirar te lo regale (lo bueno es que no es un trueque, ya que no tiene porque coincidir siempre que una persona  en el mismo momento temporal tengan algo que a la otra le interesa,  y viceversa).

Por otro lado, cuando no quede más remedio que comprar algo nuevo, podríamos fijarnos en la calidad de lo que compramos e intentar ir a por productos que no tengan obsolescencia programada. ¿No os habéis preguntado porqué un Nokia del año de la castaña sigue funcionando perfectamente, mientras que los nuevos smartphones se rompen de media una vez al año? Si las empresas que hacen las cosas bien y duraderas, vendieran más, quizás se pudiera invertir la tendencia a la obsolescencia programada.


Bancos, energía, etc

El sector económico, como ya sabemos casi todos, anda un poco descontrolado últimamente, de forma que prima el beneficio económico en un juego financiero en que el dinero se mueve como si estuviéramos en un gran casino mundial, en vez de representar a la economía real: la del dinero que gastas en comer, en comprarte cosas, en ocio….pero por suerte ya hay bancos que operan acorde a unos códigos éticos, intentando promover inversiones en cosas “reales”, no especulativas. Que esto tenga mucho de marketing, probablemente. Pero es una pequeña mejora, y os recuerdo: el consumidor elige y es quien determina al final el éxito de una empresa. Si mucha gente optamos por estos bancos alternativos, los tradicionales se verán forzados a cambiar para adaptarse a los nuevos criterios.

La economía del Bien Común propone unas pautas para que las empresas sean más éticas.

Otro sector donde se dan condiciones abusivas, y que está muy relacionado con el deterioro del medio ambiente es el energético. Pero también están surgiendo nuevas compañías, que a pesar de los obstáculos que se está poniendo al uso de las energías renovables, ya ofrecen un 100% de electricidad basado en ellas (y no es más caro que en las compañías convencionales).

Respecto a bancos, compañías energéticas y otros servicios como aseguradoras, un grupo de gente ha creado la web mecambio.net, que reúne una serie de alternativas de banca ética, compañías eléctricas basadas en renovables, etc. Esta web pretende ir completando su información acerca de compañías que pretenden hacer las cosas de una forma más justa y lógica, para facilitar a los consumidores el acceso a esa información (ya que generalmente las compañías tradicionales invierten más en marketing y darse a conocer, que estás compañías alternativas). 

Alimentación

Los alimentos ecológicos son aquellos que son cultivados sin pesticidas ni herbicidas, con abonos naturales y sin acelerar la maduración, de forma que no añadimos químicos a nuestra alimentación, y probablemente tienen más calidad nutricional. Además, en cada temporada se cultiva lo que se da de forma natural en esa época del año, y se pretende que sea un mercado “local”, es decir: yo consumo lo que se da en mi zona geográfica, de forma que esos alimentos no van a tener un gasto extra por transporte, ni la contaminación asociada por el transporte a largas distancias.

¿El problema? La alimentación ecológica, sale cara cuando vas al supermercado. Pero para eso se han inventado los grupos de consumo: tan simple como juntarse varias personas (suele organizarse por barrios), de forma que al comprar en grandes cantidades, se abarata el precio.

Investigando un poco en Internet no es difícil encontrar páginas informativas acerca de grupos de consumo, por ejemplo esta. Así nos alimentaremos mejor, y estaremos apoyando prácticas más sostenibles.

Alimentación ecológica: más sana, y no tan cara si nos juntamos con más gente


Transporte

Cuando se generalizó el uso del automóvil, pasó a ser un símbolo de status social tener uno. Y hoy en día, parece que mucha gente no puede vivir sin cambiar de coche cada poco tiempo. Algunos piensan que así es más ecológico porque el coche nuevo consume menos...Pero si tuviéramos en cuenta la huella de carbono asociada a la construcción del coche nuevo,  veríamos que en realidad es más ecológico utilizar el coche viejo durante toda su vida útil, aunque consuma un poco más

Por otro lado, los automóviles, con el nivel de uso que les estamos dando actualmente, constituyen la principal fuente de contaminación en ciudades, lo cual está relacionado con muertes prematuras debido al aumento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Además contribuyen al efecto invernadero causado por el hombre, que está ya más que demostrado.

Sin negar que el coche es algo útil, sí es cierto que para muchos tipos de transporte no es absolutamente necesario, y optando por otras alternativas ganaríamos en salud, economía y sostenibilidad. Ejemplos:

-Coche compartido: ¿qué tiene más sentido? ¿Cuatro personas cada una en un coche, o cuatro personas en un mismo coche? En base a esto, cada vez se popularizan más las webs de coches compartidos, que funcionan bastante bien (doy fe por experiencia propia). Los usuarios publican sus viajes, y quien tiene que hacer el mismo trayecto se  junta con el conductor y hace el viaje con él/ella contribuyendo a los gastos de gasolina. La web más popular es Blablacar, pero hay otras como Carpooling que también funcionan bastante bien.

Ejemplo de búsqueda de viaje compartido en Blablacar


-Transporte público: en muchos casos, especialmente grandes ciudades, resulta más económico y rápido que llevarse el coche, con los problemas de atascos y falta de aparcamiento que existe.

-Bicicleta: de nuevo, en ciudad, resulta la alternativa más barata y eficiente. Y no hay que ser un gran deportista para ello, ya que el ciclismo es un deporte muy agradecido en que el cuerpo en seguida se adapta. Más información sobre las bondades de la bicicleta como medio de transporte aquí. Y a modo de curiosidad: Equo organizó recientemente una carrera de medios de transporte en ciudad (bicicleta, bicicleta eléctrica, autobús, taxi, coches…): la gran ganadora de la carrera fue la bici eléctrica, seguida muy de cerca por el autobús, el taxi y la bici tradicional. Los últimos en llegar: los coches, incluido el que contaba con plaza de parking. Los hechos (que como buena científica me importan más que las opiniones) hablan por sí solos.

Paseo bici-cívico con amigos por Madrid.

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En resumen: hay muchas cositas que podemos ir haciendo para contribuir a un mundo más amable, y sostenible. Como dice un proverbio chino que me acabo de encontrar y me ha encantado:


“Antes de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu casa”
 

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